Esperando a que amanezca
Tal vez mi alma resucita en sonrisas,
Cubriendo millones de gélidas miradas,
Piénsame, o miénteme
En decir que todavía me esperas
Si quieres hacer fe a lo que digo
Déjame hacerte otra pregunta
Porque cada vez que regresas a mí en recuerdo
Siento como voy muriendo dentro,
¿Cuándo será mi turno de decir que te necesito?
Y entre penumbras miro mis ojos atónitos en esperas
Siempre me desprecias con tu amor,
Y aun así ahí me tienes de rodillas al amor no correspondido,
Atrapada en tu juego, ni siquiera se otra cosa más que amarte
A veces escucho el aroma de tu piel ausente,
Y entre ásperas respuestas me digo un “no volverá”
Sé que ni siquiera tienes el tiempo para pensarme,
Hay heridas que tal vez son inmortales,
Y como acto de rebeldía, se rehúsan a sanar.
Y ese es mi trauma, lo acepto
Me cuesta andar sobre despedidas,
Llámalo como quieras,
Pero mi alma depende de ti,
Y entre tanto lo pienso,
Llegue al límite de la decepción,
Príncipes que manejan carruajes con caballos blancos,
Solo necesito no creer en eso por esta noche
¿A qué horas regresa el silencio?
Función de una triste vida sin ti,
Y comparo tus gestos, lo dulce que fue tu piel,
Las comparo y salgo perdiendo
No habrá otro como tú,
Y entre más recuerdo, más me arrepiento,
En que todo esto haya terminado,
Se lo mala que muchas veces puedo llegar a ser
Pero te juro que no quise ser así esa no soy,
Fueron solo mis estúpidas ganas de retenerte conmigo
Condiciones esqueléticas, de mí
Marchan sobre lo que alguna vez ame.
Tengo cierta compasión Colgada de un sentimiento que me tiene infeliz,
Porque el tiempo pasa, y solo encuentro del día a día
la llamada: soledad y no es necesario que lo logres entender,
Nunca me había sentido tan triste,
Ni siquiera trato de arreglarme,
Solo dejo que se descomponga
De lo que sea que estoy hecha,
Solo dejo que mis alas cortadas,
Queden en el piso del silencio,
Sepulto el corazón que de tormento me sirve,
Y me convierto en piedra
Tú sabes, para ya no sentir.
te perdi me perdiste.
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